El viernes, 8 de mayo a las 19hs tuvo lugar en la Feria del libro de Málaga la presentación del poemario ganador del Premio Emilio Prados de Poesía que otorga el Centro Cultural Generación del 27. El joven ganador, Javier Vela vino muy bien acompañado con la poeta María Alcantarilla y quien dirigió el acto fue José Antonio Mesa Toré, a quien también deben leer. Aquí les dejo la crónica de esa maravillosa tarde.
¡Playa no, poesía!
Una tarde divina para estar en la playa, me dijo alguien. Sí, puede ser, pero ¿por qué tenemos esa sensación de que si hay un sol radiante tenemos que ir definitivamente a tirarnos en la arena y no puede ser un momento igualmente propicio para estar en la Sala Iniciarte viendo-escuchando poesía? La tendencia a enlazar tiempo-actividad me parece tan deprimente. Lo cierto es que a mí el sol que muerde me da más ganas de poesía que de playa, del mismo modo que en los días nublados me vienen unos deseos terribles de meterme al mar. Así que, en lo que a mí respecta no me ha costado nada decantarme por la poesía de Javier Vela.
«Ya que somos poquitos, en lugar de hacer una presentación formal como teníamos planeado, acabamos de decidir que haremos algo más familiar«, explicó José Antonio Mesa Toré. Y pasó a presentar a grandes rasgos las razones por las que Javier Vela se hizo con XV Emilio Prados. «El año pasado un jurado presidido por Pablo García Baena y cuyos miembros fueron Manuel Borrás, Carlos Marzal, Juan Manuel Villalba y yo como director del Centro Cultural Generación del 27, por unanimidad consideramos que Hotel Origen era el mejor manuscrito que optaba a este premio«. A continuación Mesa Toré nos detalló la estructura que compone esta obra. «Se presenta como un libro dividido en 86 composiciones pero en realidad es un canto extenso e intenso cuyo tema fundamental es el amor«.
Uno de los rasgos más destacables de «Hotel origen» señala José Antonio, es la fusión que se da entre realidad y ficción; para plasmar las ideas el poeta se vale de la construcción de un sujeto poético ficticio, la figura de una mujer llamada Amara a la que van dirigidos los poemas, la receptora de su poesía. El sujeto poético dialoga con sí mismo y por momentos se dirige a su amada en un conjunto de poemas que reflexionan en torno al amor en sus diferentes facetas, donde la tensión se reparte entre poemas eróticos y otros que se vuelcan a la ternura: y todos ellos nos ayudan a reflexionar sobre qué cosa es el amor. «Hotel origen» es un poemario construido con claros objetivos y su título puede servir de guiño a todo lo escrito sobre el erotismo, no obstante «¿Cuál es el sentido último del titulo?«, pregunta a Javier.
Una habitación en el tiempo
Javier Vela es un joven serio-simpático y con una clara capacidad para expresar sus ideas. Sin ambages después de agradecernos la presencia, pasa a contarnos la razón del título del libro. «Procede de la idea de que una habitación de hotel es el lugar real donde uno ha tenido ciertas vivencias que lo han marcado«; hace referencia al simbolismo que se esconde detrás de este elemento en la literatura universal, pero quiere ir más allá. Su deseo al escribir este libro fue «idear una habitación en el tiempo más que en el espacio» para poder dar lugar a una reflexión amplia en torno al amor que pudiera servirle a cualquiera que se acercase a su poesía.
En un diálogo amable y profundo Mesa Toré y Vela fueron desmenuzando las diferentes partículas que componen este libro y ofreciéndonos una visión del mismo que conseguía que a cada instante te dieran más ganas de leerlo. No hay en él una idea pornográfica del amor pero sí un tratamiento de la sensualidad y del origen, dice José Antonio. Y nos detalla que en este libro hay mucho de vouyerismo; en poemas como ése en el que se narra cómo se desviste Amara y deja las prendas por la habitación. Y cita dos frases que asegura le hacen pensar en una de esas películas donde todo ocurre en un sólo escenario.»En sus muslos puede estar el origen del mundo«. «Y en esta cama que cae al infinito«.
Javier Vela sonríe y piensa antes de hablar, y se toma su tiempo para expresar sus ideas. «A mí me parece que en el lecho marital hay parte de impostura, del mismo modo que cuando uno sueña hay una escenografía onírica que no tiene que ver con lo real, y un tiempo que es vertical, abstracto. Creo que el espacio onírico y el germen de la narrativa pueden hallarse muy cerca«.
El origen de la palabra
Con respecto al origen, dice Vela «para mí la literatura conlleva un regreso al origen de la especie. De forma que pueda uno leer a un poeta de la época romana y pueda sentirse identificado. Campoamor decía que no se puede vivir en una época y respirar en otra«. José Mesa Toré deja claro que este libro está escrito hoy, no obstante Vela se adentra en la existencia de nosotros como especie. «Creo que la poesía puede ayudarnos a volver y a entender lo que hemos sido como especie y también llevarnos a nuestra propia infancia para escribir con un lenguaje más puro«. Y aclara: más puro que el que nos otorga el discurso adulto que endurece las palabras. «La poesía nos devuelve al origen y permite que las palabras adquieran su esencia original«.
Partiendo de esa base Vela buscó una forma en la que su idea se convirtiera en algo universal: hasta adquirir ese punto en el que el lector y el autor se entiendan. Para ello se vale de un lugar poético que queda más allá de la realidad, y Amara es una imagen absolutamente idealizada de la mujer amada. Y José Antonio nos cita: ««Ella es al mismo tiempo mi hogar y mi destino». «Oigo cómo tus pasos ensanchan mi camino». «Amar es ser consciente de que el amor se mide por sus límites»«.
Vela cuenta que el libro parte de una relación real pero valiéndose del recurso literario de la idealización para poder tematizar y enfocar las ideas de forma ordenada. Esa figura, que es real y a la vez ficticia, tiene que ser ideal para poder enfocar en ella toda la fe que uno tiene para albergar en alguien.»Ese personaje concentra la idea lírica. A veces entendemos la experiencia amorosa desde el punto de vista de lo cursi pero hay que quitarle ese lastre al amor porque hay que ser muy valientes para encararlo en serio«. Eso es lo que Javier se proponía al escribir, al crear a Amara, al reflexionar sobre el amor en «Hotel Origen».
Para el sujeto poético el amor es algo sumamente complicado y a la vez atractivo. «Es muy importante cuando el sujeto llega a decir «no amo»; se plantea un corte en el libro«. Lo es porque el amor ha sido enviciado por la literatura y la realidad, y no se lo ha tomado en serio. Decir entonces «no amo» es una forma de poner un freno al carrusel de las frases hechas y proponerse una reflexión en torno al amor.
Y en ese método reflexivo el sujeto se fija no en lo que la rodea, en los objetos de la amada (como lo ha hecho siempre la literatura), sino en lo que no hay. Por eso, observa los libros que no hay en la biblioteca de Amara. «Por lo que no hay el la amó, por lo que no lee«, dice Vela.
Al igual que se interesa por lo que no se dice, se fija en los aspectos más curiosos que ha adquirido la imagen del amor en la literatura. Y en ese punto Javier expresa que le interesaba reconstruir, de una forma casi cinematográfica la imagen tormentosa del amor y reflexionar en torno a ella. «Los ahogados siguen pedaleando bajo el agua como recién nacidos. Amara se ha marchado; yo dormía«. A juzgar por esa frase, parece que Vela interpela a ese tormento de una manera profunda y casi realista.
Si con todo esto no tienen unas ganas terribles de leer su poesía deberán replantearse su pasión por este género. En lo que a mí respecta, espero ansiosa la llegada de ese potente libro que es «Hotel origen» (Pre-textos) que ya viene de camino y que leeré con sol, lluvia o con el clima que se le antoje a la madre naturaleza. ¡Qué maravilla: libros empaquetados que vienen de visita (o para quedarse)! ¡Estén atentos!
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