He restado las ausencias de mi era,
Y fui al destierro de los sueños perdidos;
Crucé la cerca invisible de mis fronteras,
Gritando un dolor de nombre indefinido.
No dudé en vestir mi espíritu de harapos,
Y me declaré humilde… sin fuerzas;
Extendí la mano por menor espacio,
´Emigrante de vacío y de tristezas´…
He rasgado todas las heridas olvidadas
Y fui al límite del recuerdo… muerto;
Desgajé mis dedos de ternura innata,
Mutilando el aliento de mi cuerpo.
No dudé en desnudar los ojos de promesas
Y me declaré ciega a las migajas del amor;
Intenté volar… ´me quedaron las aceras´:
Y me sentí un colibrí con alma de flor.
He restado las ausencias de mi era…
Y hoy comprendo toda soledad rodeada;
Pues me vi en tal condición, por vez primera:
´Breve y Divinal equivoco´… pequeña flor alada.