La joven miraba con tristeza lejana, absorta e intrigada de lo violento que eran las personas consigo mismas.
Una mujer salía caminando rápidamente, le seguía una pareja que venia discutiendo. Las masas de gente se agolpaban en las esquinas esperando la luz verde. Inquietas caras hacían gestos de desesperación por seguir corriendo más veloz que el tiempo.
Ella en cambio no dejaba que desanimaran la inmensa alegría que sentía al dirigirse al destino que desde tanto tiempo ansiaba. Trataba de caminar más despacio, de ir mas lento; temiendo que la velocidad de la ciudad la apurara. Sentía en su corazón una calma infinita pero a pesar de ello un temor quemante que se acercaba con el tiempo. Ella iba bien dispuesta antes de bajar del bus. Después fue que le vinieron dudas que crecieron, para transformarse en un torbellino de sentimientos encontrados. Ahora su paso era mas largo y rápido, quería llegar luego a su destino; pero en eso no logro ver que detrás de ella venia un camión de carga y con el tumulto de la gente no pudo retroceder y en un instante su viaje quedo inconcluso nunca llego a destino.
La gente se agolpaba horrorizada con el espectáculo, atónita veían como se la llevaban en la ambulancia sabiendo claramente su fatídico final… y con los minutos se disipaban los espectadores en una suerte de amnesia fugaz los volvía a sus propias preocupaciones en sus pies veloces sin ninguna paz.