"Ambos deberíamos estar presos,/ de nuestra libertad no ser dueños,/ yo por robarme tus besos,/ tú por robarte mis sueños".
Desde hace tiempo vengo escribiendo
sin encontrar en mí razón,
pero ¿sabes?, ahora lo entiendo,
después de analizar mis pensamientos,
sé que te llevaste mis sentimientos
y me arrebataste el corazón.
Y me dejaste desvalido,
lleno de ti hasta los huesos;
hoy soy un hombre perdido
que ha logrado notar
que ya no puedo besar
pues te robaste mis besos.
Tu cuerpo tiene caminos
de los que mis dedos no son dueños,
será cosa del destino
o de este extraño vivir,
que yo descubra al dormir
que te has robado mis sueños.
Que te llevaste contigo una vez
mis llantos, mis alegrías,
y no las regresaste después
y me dejaste a oscuras, lo sabes bien,
pues te robaste también
toda la luz de mis días.
Pero así es la vida de extraña,
hay cosas que no pudiste llevarte,
porque aunque recordarte me daña
y sufrir más no se puede,
tal vez todavía me quede
el deseo de perdonarte.
Por más que quiera desviarme
mi rumbo siempre es hacia ti
y no puedo disfrazarme
o tal vez hacerme el loco,
para que no veas lo poco
que va quedando de mí.
Porque te llevaste casi todo,
sin corazón, sin besos ni sueños me dejaste;
pero al final ni modo,
no sé si es mejor o peor,
pero lo cierto es que mi amor
fue lo primero que te robaste.