Agustinfranco

Todo me ocurre pensando en usted

 

No me sé desde que la sé a usted

Ni me hallo, ni me reconozco, ni me concibo,

Ni me concentro, ni me recuerdo,

Ni una tímida línea de poesía se asoma sin usted

 

Mi noche ha renunciado a su soledad;

Taciturna y sosegada, me llega en compañía de su recuerdo,

De su tímido guiño y de sus elocuentes circunloquios,

Los mismos que yo interpreto antes de entregarme a los Oneiros

temeroso de equivocarme,

Pero ansioso de atinarles

 

Pero ahí no termina mi martirio. No con la noche.

Porque el constante sol de cada mañana,

me llega con la  evocación constante de usted

con la noticia de su tierna existencia,

con su sonrisa y su saludo y su mohín pasajero,

pero infaltable.

 

Y mi día entero transcurre con usted.

Rodeado de centenares de sanadoras y cándidas sonrisas,

el generoso día me regala en cada pasillo, además,  la suya

de la que espero que el destino no me prive

 

 

Por eso, para mí sólo quedan las oníricas horas:

Invádalas también, por favor, porque quiero que todo,

Absolutamente todo me ocurra pensando en usted