Para Ana (que con respeto quiero como una hija)
Entrañable es el instante
en que conocerte pude
-porque una lágrima acude
a mis ojos delirante-
¡Sólo sé que va delante
tu nombre que bien profiero!
Y desde el fondo te quiero
por tus acciones –lo sabes-
porque eres como las aves
que adornan el alto cielo.