Escucho tu corazón y he oído
amor querido que te llevo en mi pecho
y ante este hecho, me quedo rendido
me quedo desecho y pierdo el sentido
las palabras de tu calido lecho
me alimentan, me tienen nutrido
me sustentan y me dejan conmovido
que yo sin derecho, me cobijas en tu techo
dos delfines son tus pechos
que saltando en mis aguas
vigorosamente me fraguan
con los sonidos de tus despechos
tus silencios me dejan en vilo
y esperando que sean desechos
mi vida pende de un hilo
y tu ausencia me deja insatisfecho
enamorada, eternamente te fecho
y tu poema, tu divina balada
la atesorare en mi morada
para que mi corazón quede satisfecho
ojos de loto, ojos de gacela
mirada llena de delicadeza
que claramente revela
tu dichosa gracia, tu sutileza
y la destreza de la luz de tu fortaleza
me limas las asperezas
la maleza, me la desbrozas
y en la distancia tu me rozas
con tus etéreas proezas
que sublimes me destrozan
y bien yo finalizare
con Miguel Hernández
que de el pude aprender
Llego con tres heridas
la del amor
la de la muerte
y la de la vida
con tres heridas viene
la de la vida
la del amor
la de la muerte
con tres heridas yo
la de la muerte
la de la vida
la del amor