Pidió verla una vez más...
Solo un minuto, pidió.
Solo un minuto.
En los cielos, fue escuchada su petición.
Dios dijo:
Esta bien hijo mío, se te concederá un
minuto, sin embargo, para probar tu fe
solo tendrás el recuerdo de este minuto
como si hubiese sido un SUEÑO.
Entonces:
Fueron abiertas las puertas
del cielo, y su amada se presentó
ante él.
El habló diciendo:
Mi amor, te amo y te extraño hasta la muerte
si pudiese iría allá a buscarte.
Ella respondió:
Si quieres encontrarme en el más allá
solo tienes que esperar y confiar en Dios
que yo ya tengo un lugar reservado para ti...
Pasó un minuto, y luego
él despertó.