Juan Carlos Luna Núñez

Los caínes

En el vértigo de las caminatas diurnas

sobre plazas que en mis sueños nocturnos bombardeo

en revancha a lo visto en la TV, me da

por persuadirme de dejar de caminar;

pero la gente empuja y en su afán de

abrirse camino hacia algún lugar hiere mi calma

amalgamándome en la misma masa que hace rato

me era bastante ajena.

 

he perdido mi batalla por ser yo,

ahora soy materia que rueda a merced de la

inercia, en fin, que ahora soy uno de los

violentos engendros de esta generación.

Irritable, como fiera, me he dejado crecer los

puños, el pelo y los colmillos, ahora soy

gárgola diurna que reclama su propio espacio...

 

En el vacío de la ducha, al momento que

me despojo de las garras adoptadas en las

citadas plazas, me da por encontrar un culpable,

de algún lugar vienen los caínes,

alguien tiene al fin la culpa.

¿Qué diablos hacemos, castrar a Adán o esterilizar a Eva?