Es hora de decir, ADIOS:
Sin que se nos quiebre la voz esta vez, teniendo nuevamente la palabra precisa pendiente a flor de boca, mordiéndonos los labios hasta casi hacerlos sangrar, nerviosamente por no ser el primero en decirlo, es ahora o nunca la toma por decisión, para que se separen finalmente ambos mundos del nudo de la unión, con una firma, tomando distintos caminos al amanecer con destinos impredecibles al despertar, por el bien de los dos...,
La nave del olvido espera paciente afuera a uno, no hay otra salida, toda la magia habida en la verde mirada se marchitó desde hace tiempo en la oscuridad, terminándose ya el espacio dispensado de coincidencia para seguir fingiéndonos amor en brazos no sentidos, cuando nos queríamos tener por un instante de tolerancia, para no causarle más dolor del debido al corazón, reflejado luego por el alma en los tristes ojos, con gritos internos de añoranza que solo ha escuchado el silencio con sensible nostalgia, por todo lo querido durante años, dentro de lo amado ayer, hoy penosamente execrado en el presente del alcance de la mano y de la propia voz, que antes tanto llamó, sin ser oída jamás al no querer notar su presencia...,
Porque vivir contigo ha sido como vivir sin ti, con dos lágrimas perennes que queman lentamente el lado oculto del rostro, una por ti ausente y otra por mí presente, acostado en una fría cama en la espera eterna del ser amado.
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Sergio Yglesias García
Caracas, 24032011 05:15 PM.