Ex alumno
Maestra ¿Cómo está usted?
me alegra mucho saludarla;
aquí hijo, tal cual me ves
alejada del aula, por estar jubilada.
Que de años sin saber
de su vida y de su paradero
y hoy que la vuelvo a ver
me ha alegrado el día entero.
Dime hijo: ¿Quién eres tú?
¿En que instituto te di clases?
Cuando uno llega a la senectud
la memoria no funciona como antes.
Yo soy Alejandro Díaz
el de la escuela “Encontrados”
ese que usted tanto quería
cuando dio clases en quinto grado.
Ay hijo, en verdad no recuerdo
yo he dado clases en tantas escuelas,
son tantas anécdotas que yo tengo
que siento que mi mente se congela.
Yo soy el niño que tanto estudiaba
y usted siempre hacía de mi referencia
y hasta a diario conmigo desayunaba
regalándome pasteles con frecuencia.
Disculpa hijo esta memoria tan ingrata
que deja en mí, lagunas mentales;
es bella la anécdota que relatas
de esas vivencias colegiales.
Uno ve tantas y tantas caras
que recordarlos a todos no podría
me alegro que de mi te acordaras
y me hayas saludado con alegría.
Pero dime hijo, ¿Qué estudiaste?
¿Eres hoy un gran profesional?
si tus ganas de estudiar las conservaste
es el mejor regalo que me puedes dar.
Gracias le doy mi apreciada maestra
por esa bonita y firme orientación,
soy su ex alumno, pero quiero que sepa
que llevo sus enseñanzas en mi corazón.
Usted lleno mi alma de inquietudes,
esas que acompañan mis proyectos,
y aunque me haya ido a otras latitudes
siempre la recuerdo con el mismo respeto.
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