Vademecum

Aquella tarde


El resentimiento es un capricho del amor

No se debe interponer entre tu yo.

Sal de mí, rabia loca, sal de mí, confusión,

corran como sudor y caigan con el sol.

Vete orgullo, vete lejos, déjame tranquilo

yo l@ quiero, yo l@ quiero, yo lo sé, que l@ quiero.

Ven a mí consejo, ven a mí desde el cielo,

que mis oídos no escuchen a quien solo quiere mi cuerpo,

y mi deseo no corrompa lo que guardé con tanto celo.

Empecemos desde cero, reconquístame como aquella tarde frente al mar

donde con abrazos y besos nos comenzamos amar.

Por cierto, donde están las flores?, no las he visto llegar

Sí, lo recuerdo!, qué pensabas, que lo iba a olvidar?