Viajeros en el tiempo, con rumbo desconocido;
ven la vida, la hacen de ellos y le buscan un sentido.
Ella, muy inteligente; lluvia fuerte de cordura.
El, muy maduro, aunque lo han golpeado duro.
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Crecimiento, eso pasa, hasta con el fiel apoyo,
como la mas dulce agua que sube por el arroyo.
Dios les busca un contraste, ellos son el equilibrio,
pasan horas, pasan dias, contando lo que han vivido.
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Las vias ya se conectan, querer y amor sus peatones.
Sus mentes ya se comparten, con calma y sin dolores;
como buen seminarista pidiendo que lo perdones.
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Nuevo amanecer glorioso se acerca a sus ventanas,
como un trago de cafe a sediento en la mañana.
El amor, la poesia, se afianzan mas en sus ganas.
Diego de Jesus Franco