Cuando la voz de la noche
en suave murmullo perece
me pregunto:
¿si supieras cuanto de mi hay en ti
y cuanto de ti hay en mi?
Las luces no se apagarían
como ahora que mortecinas
desaparecen
Centellean apenas los últimos astros
antes que el ritual solar
las desvanezca
tus ojos azules flotan en el agua
que sorbo a sorbo
me obliga a reanudar
este cotidiano errar
Los objetos danzan
el entorno me oprime
pero una lluvia mansa apacigua
mis ánimos y aclara
esta mitica existencia tuya
Me cuesta entender que vos y yo ya no somos,
que solo unas cuantas lineas no bastan
para mantener este soplo de vida
que fue nuestro mundo