El silencio se encaja en mis oídos
Sin importar los ruidos incontrolables de la urbanidad,
En qué te habrás convertido?
Suelo pensar,
A dónde te habrás ido?
No lo sabré jamás.
Has olvidado nuestra complicidad,
Si, fuimos cómplices de crimen
Que nunca estarán en libertad
Porque me robaste el alma,
Porque te robe el corazón
Y no los hemos podido recuperar.
La condena será perpetua
Son gotas de olvido que no terminarán,
Es veneno letal que no dejaremos de inyectar,
Será una necesidad, porque solo en el delirio nos podremos encontrar.
Tantos recuerdos y sueños
Desgarran y alimentan nuestro triste andar
Fuego y agua en la misma cavidad,
Morir y vivir en el mismo latir.
La luna nos sonreía
Y hoy entre tanta obscuridad
Solo queda esta absurda agonía.