jorge enrique mantilla

Tsunami!... de mi naturaleza

TSUNAMI!... DE MI NATURALEZA

 

Mi tierra, de naturaleza bella y de luz esplendorosa

De paisajes llenos de vida y de cultivos hermosa

Quisiera vivir por siempre, rodar entre sus praderas

Que no haya montañas,  ni llanuras, ni cristalinos mares

Ni horizontes azules que la limiten, ni cadenas que te aten

 

Naturaleza de mi tierra, te quiero libre de aire chispeante

De gente alegre, de ciudades y de campos pujantes

Conseguir trabajo y de una familia hermosa a ti prodigarte

De una vejez llena de recuerdos, sin enfermedades

Bajar al sepulcro, rodeado de amigos, y de  mis cenizas

Esparcirlas por la tierra de mi naturaleza a ti, regresarte.

 

Madre de mi naturaleza, te veo seria y de tus cejas fruncida

Acaso te han hecho daño, sin que me haya enterado?

Te han herido y contaminado tus ríos en su lánguida huída

De sus mares te han extraído lo mejor de su vida

Y tú aire en polución contaminado de olor a quemado

Te han derribado tus frondosos árboles y te han convertido

En desiertos de arena, sin pájaros que te aniden y canten

Y te den color y música a tu escuálida figura herida

 

Naturaleza querida y de tus paisajes, mi vida extrañada

De nuestra incultura, sus heridas, claman su sangre derramada

De sus gobernantes, políticas claras de ambientales añoradas

Que nuestra tierra debe ser valorada, respetada y de sus entrañas, amada!

 

Mi tierra amada, te veo con sus venas rotas y sus montañas desolada

Sus planicies verdes convertidas en moles urbanas

Sus mares azules en cloacas de devastación humana

Su aire de atmósfera transparente,  en nubarrones oscuros de contaminación

Nos ha llegado la hora de la desolación y de nuestras acciones,  la destrucción

 

Oh!...mi tierra, sus placas tectónicas, claman acomodación

Epicentro del cismo en sus aguas marinas rugen como un ciclón

En Tsunami de olas gigantes, se abalanzan sobre la playa

Dejando a su paso, ruinas, lodo y desolación

Como si fuera el fin del mundo, dejando un panorama devastador

Incendios y explosiones nucleares, fin de la efímera vida, sin compasión

 

Mi tierra querida, perdónanos, por herir tus entrañas, sin ninguna razón

A nuestros gobernantes en sus políticas de expansión, más consideración

Que de mi parte, solo me queda quererte, amarte y adorarte

Como las rosas de mi jardín, de mi naturaleza, la más hermosa

Y a mi Diosito, las plegarias, para los que hoy lloran y sufren el Tsunami de la devastación.

 

“Joreman” Jorge Enrique Mantilla – Bucaramanga- Colombia