AdelaVila

A él

Levantaos pues de la siesta, poetas,

juglares y trovadores,

y recitadle al son de trompetas.

 

Querido Hesíodo, por caridad,

¡desperezad a vuestra musa!,

Afrodita os ayudará.

 

Despertad dioses del Olimpo,

¡corred!, id a coger fruta fresca

que él pueda morder con complacencia.

 

¿Qué pasa, nubes perezosas?

¡tejed!, hilad ese mullido algodón

donde sea acunado él.

 

Espabilad peces saltarines,

¡dibujad!, pintad estelas plateadas,

acordes bonitos para él.

 

Porque trae ese cálido aire

su beso dulce,

sus lindos brazos de amor…

 

Amiga Safo, pero, ¡qué daño!

qué daño el recuerdo,

todavía… todavía sangra el alma…