La oscuridad de la noche se está expandiendo.
El viento se llevó el calor del día.
En los zocos lejanos se puede oir la movida de la gente.
Se oye musica oriental, estraño, pero suave y melodiosa.
Las mujeres,esbeltas y lindas, cubierto de seda
mueven sus cuerpos como serpientes.
Sus ojos oscuros prometedores, sin velos encuentran mi mirada.
Me dejo encantar.
Me dejo llevar por el ritmo de la música y los movimientos de las bailarinas.
Muevo mi cuerpo con el compas de la musica.
El olor de especias orientales, de te de menta y perfumes ofuscan mis sentidos.
Extasiado me hundo en un mundo ajeno y sin embargo familiar.