El pretexto
Pudo ser el fuego deshaciendo aquella tarde
-de las prisas imposibles- el pretexto
para hacernos la aurora -hoy-
a espaldas de críticas circunstancias
sociales, en que se obliga al cuido
por el buen tino de decidir para el logro
de la relación estable; que nos haga
la posibilidad de estar juntos
donde otros, en la duda
se perdieron -temerosos de que los vieran vivir-.
Posibles acaecimientos se nos hacen
al delirio de conquistar el espiritual goce
de reconocernos siempre, en las demencias
del físico escape; que nos regala la entrega
libre de barreras y detenciones
-fatales a los espasmos-.
Dando todo sin remilgos
en cúmulos de sentidos, a una música
de tonos necesariamente astrales.
No sé…
Poco importan causas al tiempo de hacerse.
La urgencia es tenernos.
El pretexto…
Bien puede ser
que aún crecen las rosas.