La maestra no nos enseñó
la maestra ha terminado
su bella clase de hoy
dejándome impresionado
con las cosas que enseñó.
No nos enseñó a leer
ni nos enseñó a pintar;
nos enseñó a comprender
el mundo de los demás.
No nos enseño a dividir,
ni las tablas de multiplicación,
nos enseñó a no sufrir
por las cosas sin razón.
No nos enseño literatura,
ni los verbos a conjugar;
nos enseñó con ternura
lo importante que es luchar.
No nos enseño historia
ni tampoco geografía…
nos llenó el alma de gloria
cuando habló de poesía.
En la clase magistral
que nos dictó la maestra,
mi alma voló triunfal
y este verso lo demuestra.
La maestra no nos enseñó
usando lo formal como base,
solamente su corazón abrió
y con él abierto, nos dio su clase.
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