Prestidigitador en ideas,
corazón de adolescente,
la magia en mis letras
y silencios de muerte...
Así soy yo, así me veo
cuando las ideas vienen
como látigos de fuego
a mi alma dolente...
De nombre, soy Fidel…,
pero en mis adentros
yo soy tú, ése o aquél,
o tal vez nadie más
- ¡lo sabes bien! -
que cualquier hombre corriente!