Jungiana amiga,
Hacedora del Bien,
Sacerdotisa.
Eres apacible como la mañana del domingo,
Hecha para la meditación.
Eres noble, como el planeta siempre generoso.
Dulce amiga,
Terapeuta, consejera,
Pitonisa.
En tus manos está la cura.
El Cosmos en tu sonrisa.
Jungiana amiga,
Gracias por la paz
Que traes a mi espíritu sediento
Mostrándome que no es vana la búsqueda,
Que la Verdad no es espejismo.
Campos Vargas, David Alberto. Catedral y Aquelarre, 2011