Jose Luis Santiago

LA VERDADERA ESPOSA

A la verdadera esposa

cuídala con mimo

y con el amor y el cariño

que una madre da a un niño

y te recompensara muy gustosa

 

la esposa verdadera

es prudente y recatada

y fielmente esta entregada

con dedicación abnegada

a su esposo que lo venera

 

esta esposa siempre esta

contigo en las desgracias

contigo en la abundancia

y contigo con constancia

de fuerza vital te llenara

 

esta esposa tan dichosa

purifica la existencia

alivia las dolencias

y te cura de la demencia

de la codicia tenebrosa

 

oh esposa bondadosa

que siempre me acompañas

y que nunca tu me dañas

llevándote en mis entrañas

inmaculadamente hermosa

 

ella me cuida con celo

de las malas compañías

de las falsas alegrías

y de noche y de día

me da paz y consuelo

 

verdaderamente divina

en ella siempre confío

ya que de todos los líos

me saca ella con brío

y sutilmente me afina

 

mi padre que esta presente

en todo lo manifestado

esta esposa me le ha dado

y yo con ella me he casado

para ser un buen sirviente

de mi eterno padre amado

 

al percibir las cualidades

de lo que se ha experimentado

ser obtiene un resultado

y debe de ser analizado

para aceptar las realidades

 

en mi corazón reside

mi verdadera esposa

la inteligencia bondadosa

que me sustenta generosa

y con la verdad coincide

 

esta esposa ya la tengo

claramente la he definido

para aquel que ande perdido

la acepte como es debido

que sinceramente yo os prevengo

 

quien verdaderamente ama

de inteligencia esta dotado

los sentidos los ha domado

llenándose de calma

y comprendiendo que es un alma

 

el que a Dios se ha entregado

acepta sosegado

que lo que nace perece

y que todo lo que acontece

Dios lo tiene programado

 

la inteligencia es femenina

y femenina es la mujer

que sincera y sencilla

de la inteligencia debe coger

las cualidades definidas

y cuando en ellas son prendidas

brilla con luz divina

 

el hombre que quiera ser

que aprenda de esta divina mujer

y la cuide como parte de el

 

sin sentir ningún apuro

Adán y Eva estaban

en el paraíso desnudos

y perfectos lo habitaban