Extraño tu cariño, no el cansancio
incontenido que deja tu cuerpo
en nuestra cama.
Extraño tus manos, no las que se apoyan
en los desaires del dicurso armado,
y cotidiano.
Extraño a ese hombre que me mordiò
hasta el alma y desprendiò una noche
toda mi nostalgia.
Quièn sabe si pueda volver a reanudar
su magia!
Me quedè sin su sed y apenas logro
de vez en cuando un gesto de espera,
una mirada de cielo, un adiòs o un hasta
mañana.