Antonia Ceada Acevedo

Noche de luna cercana

 

 

Aquella noche de luna cercana…

anclé mi alma en “un TE AMO”

Y en la marea más alta de tu cuerpo

fui desabrochando deseos por tus labios

de vodka caramelizado.

Y bebí.

Bebí, beso a beso, de tus lamidos

de fresa; elixir de la aspiración

Y respiración abrasadora.

Tu pelo entre mis dedos.

Tu cuello sobre mis brazos.

…y mis manos nómadas

arando espacios

por el  infinito de tu pecho;

paso a paso, hueco a hueco,

hasta llegar al  monolito

de la pradera donde radica la fe.

…y oramos:

Tú , con la copa de frente al sur,

Yo,  a esa rosa de espaldas al norte.

Nos  absorbimos, nos tragamos

Y  trashumantes danzamos en los desiertos

con  aromas y luz de ceras.

Y el vuelo del alma junto a la poesía

se sumaron en “UNO”

cuando en un balanceo, y otro,

recurrimos al sosiego,

allá, en la laguna que crearon

tu cuerpo y el mío.

Aquella noche de luna cercana,

Tú, guerrero…

conquistaste las rocosas;

las rocosas de mi corazón.

Hoy somos aliados: lakotas.

 

Antonia Ceada Acevedo  ©