Atrevete mujer, cruza el umbral y prueba de mi cuerpo la miel de la vida.
Pierde el pudor y envuelvete en llamas al cobijo de mi cuerpo.
Sacia tu sed de amar en mis tibias aguas.
Descubre el deleite del placer escondido en la saliva de mi lengua de fuego.
Desnuda ven a mi, sueltos tus cabellos y sin frenos tus deseos.
Deja que te guie en la penumbra de la noche hasta el lecho, ese mismo que te oira gemir de amor.
Permite que mis manos recorran sin limites tus cumbres y planicies.
Deja que tu espalda se sacuda en un espasmo al contacto de mis dedos.
Despues... despues que caiga el manto somnoliento en nuestros cuerpos descubiertos por un rayo de luna.
Todo yo estoy listo y aguardando tu llegada, como tigre en acecho, tu, tu seras mi presa predilecta.