"Cuando ya no te pueda recordar/ y deje por eso de escribir,/ será porque mi alma ha dejado de soñar/ y el corazón ha dejado de latir".
De aquello que me diste,
que alumbró mi vida triste
llenándola de luces y esperanzas,
sólo queda el dolor cuando mi voz te nombra;
el cansancio evidente de mi sombra
que va corriendo tras de ti y no te alcanza.
De aquello que me diste,
de tantas cosas que me prometiste,
de tantas verdades que fueron mentiras,
nada va quedando, mi bella dama;
porque ya no hay ansiedad cuando me llamas
y ya no hay amor cuando me miras.
De aquello que me diste,
tan sólo la hija que pariste
llena mi vacío cuando te llamo.
Y a lo lejos, se escucha el eco que repite tanto
la amargura de mi voz en llanto
diciendo te amo...te amo...te amo...