El alma sola en vaguedad profunda
deseando en extremo encontrar el amor,
serpentea husmeando rayito alentador
que calme la mente meditabunda.
Y de la nada emerge la colosal
figura, que al abismo nos arroja,
volviendo esta vida una paradoja
que nos lleva a aterciopelado rosal.
Más… ya con uno, otra pasión prefieren
dejando mensajes silentes de hiel
y en el conjunto toda la amargura.
Y al fin surgen las espinas que hieren,
tatuando inquietante dolor en la piel
que al amor mata con agria premura.