Oscuro terciopelo cobijo de las estrellas,
Millar de farolitos que alumbran todas las calles,
Luna menguante que asoma en el cielo sombrío,
Sombras que siguen inquietas entre las flores.
Camino por viejas veredas olvidadas,
Antiguos recuerdos de infancia y risas pasadas,
Resecos olores de rosas en mi mente grabados,
Ya no hay enero en invierno ni primavera en abril.
Se ha quedado sola la plaza sin mujeres que sonrían,
Sin hombres que regalen halagos y jazmines,
Sin niños que corran, jueguen y dejen sonrisas,
Sin nada ha quedado...
Silencio y aullido del viento en las horas largas,
Eco de soledad que erizan la piel y el alma,
Lagrimas que susurran en mis ojos melancolía,
Añoranza de ilusiones y amores desmedidos.
Cariños que me llevaron a la osadía de un amor punzante,
Que desgarro mis emociones hasta al dolor aniquilante,
Por ser amada sin medida, sin razón y con locura,
Dejando en el nocturno de mi corazón doliente,
La seda de su esencia en los poros de mi carne,
Y la flor más fina en los labios de un beso prohibido.