Bésame con un beso de tu boca
cariñosa mitad del alma mía,
un solo beso el corazón te invoca
que la dicha de dos me mataría.
(Gustavo Adolfo Becquer)
- . - . - . - . - . - .- . - . - . - .
Bésame ángel mío, como yo te beso;
un beso que transporte al embeleso,
cuyo límite sólo sea el exceso,
por eso, y nada más por eso, es que te pido un beso.
Besar como cualquiera besa no sabe a nada,
ni al que lo da, ni a la persona amada,
el beso debe ser fugaz, que brote en la alborada
o por la noche, cuando el sol deja paso a su luna amada.
Un beso por la espalda… ¡Qué delicia!
un beso que te quema, te acaricia,
un beso que se planta con malicia,
que es capaz de borrar a otra caricia.
Un beso que provoque sensaciones,
un beso que despierte las pasiones,
un beso que una nuestros corazones
y nuestros cuerpos, y nuestras ilusiones.
Un beso en el que entregues lo entregable,
un beso pasional, pero a la vez amable,
un beso que se torne indescifrable
aunque no me permita ni que hable.
31/Mar/2011