Hace algún tiempo, cuando no se sabía
En qué el ruido maldito consistía
Que arma por los tejados y desvanes
La gatuna familia tan huraña,
Parecían cosa muy extraña,
Que las esquivas gatas no quisieran
Permitir que la cosa le metieran
Sin araño y bufido:
Más ahora que todo lo he sabido,
Digo que hacen muy bien, y si por acaso
Alguno lo ignorare, escuche el caso.
Sucedió que una gata cierto día…
(hemos de suponer que todavía
Ninguna al fornicarla maüllaba)
Por un desván andaba
Buscando algún gatillo comedido
Con quien fulgar un rato;
A cuyo tiempo un gato
Hambriento y desvalido
En causa deshonesta no pensando,
Qué comer iba por allí buscando,
La gata al verle, con rubor fingido,
Poquito a poco se le fue acercando,
y con dulce maullido
le preguntó por qué tan cabizbajo
estaba, y tan doliente.
- Tengo hambre, respondió cortésmente,
Y ella hasta aquí me trajo;
Pero perdón os pido, gata hermosa,
De haber hasta aquí entrado;
Ver si mandáis, señora, alguna cosa,
Que me vuelvo al tejado.
La gatilla admirada
De ver gato tan noble y bien hablado,
Le dijo remilgada:
-apenas la criada de esta casa,
Que es de un rico canónigo, y escasa
Nunca anda la comida,
Acabe de guisar un grande plato
Digno en fin de tal gato,
De sardinas y sopa bien hervido,
Comeréis; entretanto aquí esperemos,
Y al sol, si gustáis de ello, nos sentaremos.
Sentáronse, y el gato agradecido,
Deseoso esperando,
El plato prometido,
Y fuerzas de flaqueza en fin sacando,
La requirió de amores, no creyendo
Que tuviera gatilla tan modesta
Tanta gana de fiesta.
Pero ella, alzando poco a poco el rabo,
Dijo que no…que sí… que hay mil acasos…
En fin, cuando se dice en tales casos.
Ella es, que tuvo al cabo
El gatazo infeliz, sin saber cómo,
Que montarse en el lomo
De la gata paciente,
Que lo sufría silenciosamente.
A este tiempo un ratón pasó corriendo
No creyendo encontrar aquella gente,
Lo cual el gato viendo,
De gata y sardina olvidado,
Echa a correr tras el desventurado;
Le coge, híncale el diente,
Y de un salto se pone en el tejado.
La gata avergonzada,
A las demás refiere el caso todo,
Y todas juntas inventaron modo
De no verse en la ofrenda ya citada;
Y fue a dar mil maullidos y bufidos,
Cuando tienen los rábanos metidos,
Y así, al oírlas, nunca los ratones
Vienen a interrumpir sus diversiones.