Dime la razón de tu castigo,
aquellos vocablos impregnando mi alma.
Dime por qué soy desigual.
Destruyes mi corazón en cada ocasión.
Dime por qué me discriminas,
no me aceptas, no me animas.
No he vuelto al pasado que describes.
soy ese ayer lejano.
No es un instante ni un suspiro,
No es una subcultura ni una soltura.
Es mi vida por la cual me castigas.
Por la cual lloro y tú sólo gritas.
Dices que soy una simple enferma,
otro trágico fracaso de mujer.
Descuida se muy bien que soy normal,
He razonado y me has defraudado.
He soñado con aquel único día,
en el cual tu me apruebas y me miras,
donde no te avergüenzas,
de mi incauta elección de vida.
Tu duermes de angustia.
Tu duermes con decepción.
Yo caigo destruida,
por tanta discriminación.
Ya no puedo resistir tanta ignorancia,
desprecio, descuido, castigo.
Solemne, hoy estoy,
recobro fuerzas y huyo de tú corazón.
Prendes velas a los difuntos,
En cada instante pidiendo mi cambio.
Mejor ilumina mi derribada vida,
aquella que apagas en cada día.
Mi amor permite que mi mente olvide,
las hojas del dolor que atraviesan mi alma.
Tú eres el árbol de mi sufrimiento.
Frena este otoño, frena tu viento.
Aquel triste y cerrado pensamiento.
Leslie Erne, 17 años.