Tu rostro majestuosidad del alma,
Pureza de la vida eterna,
Sinceridad en las palabras calladas;
Y el grito sostenido de la mujer sumisa…
Tus ojos reflejos del corazón,
Esmeraldas que busca el avaro,
Regalos del cielo que dios te ha dado,
Y tú sin saber, quien te ha robado…
Tus manos; nubes blancas y tibias,
Como su suave lluvia de verano,
Que moja mis labios resecos;
Por el desierto de tu cuerpo…
Tu cuerpo calido y sobrio,
Que exhuma el éxtasis de mis manos,
Que libera al volcán dormido,
Provocando la tormenta fallida…
Tu rostro que provoca a los Ángeles,
Del paraíso terrestre a la atracción fatal,
Del mundo mortal de los seres inertes;
Que eligieron algún día tenerte…