LA HOJA DE PAPEL
Aquí estoy, sentado frente a ti
me miras dubitativa, como evasiva
tus labios siguen blancos y fruncidos
sin musitar ninguna frase.
Tu piel, que antaño era suave y fresca
me seducía con solo tocarla
no eran necesarias las noches de vigilia
como hoy
para caer en tus redes y beber de tu miel,
hoy, esa misma piel esta marchita
no siento el deseo de dibujarle
con mis dedos aquellos paisajes
de amor y frenesí,
Pero sé que no es por ella,
es por mí, por mi alma
que se ha hundido en una ciénaga
imposible de escapar que hace de mí
diario vivir, eso, vivir.
Voy a tratar de reconquistarla
de perderme nuevamente entre sus líneas
y saltar alegre en sus colores.
guivel