Me dejas ir…
Al vuelo invadido de pensares.
Voluntario ciudadano donde ocupa su caer.
Me dejas ir…
A donde pintas al mundo.
A donde el color se vuelve próximo.
Y labras mi ser volviéndote propia.
Me dejas ir…
A sus ojos sin cause.
En su juventud impresa.
Ante repetidos gruñidos del mar.
Dejándome caer…
Durante la conversación que se impone.
A callar a sabiendas que las letras persisten.
Consecutivas con mente propia.
A sabiendas que a partir de aquí
Pareces de cierto cielo tendido.
De cierto mar desplegado.
De cierto universo incontable.
Me deja ir…
A páginas sueltas.
A libros blancos donde pueda escribir.
Humberto Velásquez
29-03-2011
9:02 p.m. a 11:40 p.m.