***Testigos del Amor***
Amamos para ser amados,
porque nuestra alma es como
una flor que poco a poco
se marchita, se debilita…
Llenos de temores y desconfianzas
buscamos al amor como fuente
que calme esas ansias de deseo y pasión…
Porque todo eso nos quema,
nos consume cual si fuéramos
una rama seca que al menor
chispazo se enciende…
Y una vez devorados por
esas llamas no sentimos como
si fuéramos nada o acaso,
un ser humano en el ocaso
de su existencia…
Es que eso que sentimos
es como quien purga penitencia,
sin tener la más mínima conciencia,
que el Amor nos llama a ser sus testigos
no sus promotores…
Porque el Amor es como un crisol
donde se magnifica el espíritu,
una hoguera donde se purifica
el corazón…
Es la fragua, el yunque y al mazo
que forja el sentido de la vida,
donde la mediocridad no tiene cabida,
si realmente lo queremos conocer.
El amor sobre pasa a nuestro
entendimiento pues este lo limita,
ya que solo la acción bendita
del creador nos puede llevar
a conocerlo.
A veces las palabras y expresiones
surgen con tanta ligereza,
en medio de deseos y pasiones
que con sutileza engañan al corazón.
Queremos amar sin permitir
que ese fuego sagrado consuma
el deseo y el placer,
Que no pocas veces vienen
a entristecer el alma…
Porque para amar precisamos
estar en comunión con nosotros mismos,
con el universo y sobre todo con quien
lo ha creado.
Pues para ser un ser enamorado,
que vive embriagado de la vida,
precisamos permitirle que tome
posesión de nuestro ser.
Oxwell L’bu