Hay otra puerta ademas de la mia en que lo seguro del mundo se resguarda entre arboles y montañas que las manos cubren con brisas frias.
Han pasado tantas cosas que no me he dado cuenta y otras que me han tirado de una a una los sablazos que vienen de un lado o del otro, recordar viejas batallas, ya no con armas de barro, ni tiror de piedra, hoy quiza, mis manos y el brazo derecho choquen en los dias con algun filo.
Y no, no me voy a tirar al suelo, ni a irme por un ´no te quiero´.
Quiero un mundo.