Escribo,
porque mis sueños no existen,
porque la magia no existe,
porque la perfección no existe.
Solo en mi imaginación,
porque escribiendo yo lo hago posible.
Escribo,
porque no tengo fe, porque no creo, porque no espero,
porque no tengo esperanza,
porque los sueños no se hacen realidad.
Y tengo que gritar, porque alguien debe protestar,
porque la vida no es justa, porque el mundo no es justo.
Por eso debo escribir,
porque al hacerlo soy artífice de mi propio universo.
Porque mis armas son mis letras y mis palabras,
porque yo decido, yo muevo los hilos, yo escribo mi propia fantasía.
Porque todo lo desagradable se va,
porque puedo hacer todo posible.
Porque la imaginación no tiene límites.
Porque escribiendo yo construyo mi propio mundo,
finales felices,
situaciones perfectas,
soluciones ingeniosas,
amor,
felicidad,
sentimientos que trascienden.
Eso solo existe en el mundo de las letras, por eso, por eso escribo,
porque este mundo me gusta más que el mío.