Armando G.

Lujuriosos pensamientos

 

No imaginas cuanto ansió ser
quien te roba el sueño
en las noches de intenso ardor,
 juntos entre sabanas revolcadas,
despojados de toda vergüenza y pudor
extenuados, agotados,
 pero extasiados
ver el despuntar del sol.
 
Continuar dibujando
en nuestros cuerpos aun ansiosos
las huellas de incontables besos
impregnando el ambiente
con el sudor mezclados
con el olor de nuestros placeres.
 
Te sientes  perturbada
 mueres de deseos,
cuando imaginas o  te recreas
con las cosas que hablamos y deseamos
para el disfrute de los dos,
te gusta cómo te hablo,
lo que te digo,
  con cada cosa que te  propongo
hago volar muy eróticamente tu imaginación
te calientas,
te desesperas
 pierdes el control,
al descubrir como mis palabras
han despertado al Seductor Demonio
del deseo y la pasión.
 
Entonces  adviertes que pasaría
ya no es sueño 
mucho menos imaginación
lo has visto y sentido,
aunque  no vivido.
 
Eso lo guardaremos para el día
que sean reales nuestras caricias,
estemos juntos los dos
con mis manos hare un mapa
para navegar por todo tu cuerpo,
lo recorreré  en toda su inmensidad
hasta llegar a tus pechos,
buscaría guarecerme de la tormenta
que se avecina,
anclando  mi embarcación
dentro de ese acalorado,
excitado y húmedo puerto
solo tendría que ver como
soltar esas anclas
 a ese puerto entrar  yo
si por la proa o por la popa
más no sé,
estoy en dudas
ya que lo deseo por ambos,
sabes que agonizo, muero
por poseerte y deleitarte
muy rico
hasta sentir que te entregas,
 me lo dices
entre gemidos, suspiros,
ardientes gritos
que  rompen hasta el mismo silencio,
quedando ambos sin respiración
por todo el amor que se consumo.