Aunque sé que no vas a responder
y que razones para no irme nunca me darás,
yo sigo ahí, junto a ti como esperando que algún día cambies,
pero sé que no lo harás y he llegado a pensar que se trata de
mi necesidad de ser siempre la víctima y esa sed de masoquismo
que solo tú sabes calmar.
Y todo lo voy callando, se va acumulando en mi pecho, a la espera de que ya no pueda más y así sin más te deje, pero realmente a ti no te inmutaría, en lo más mínimo, mi ida, tal vez, hasta te aliviaría, ya que me he convertido en una vil carga, una obligación.
Y pensar que al principio yo creía tener el poder de esta "relación", pero mira que las cosas no resultaron y ahora estoy aquí esperando a por ti, como desesperada a que ese mensaje haga romper el silencio y como tonta caer de nuevo en tu red y lo peor, que todo esto que he escrito nunca será leído por ti y me quedare para siempre a tu lado amándote y odiándote, todo al mismo tiempo.