Tal ves este lloviendo en la tarde de tu vida y acaso el sol ya no alumbre tanto como aquel nuestro primer día, o tal ves las flores marchitas pisadas por el paso del hastió hagan tu tiempo doloroso y triste como el mío probamente sufras tanto al saber cuando te he dado habiendo mi corazón vaciado o seguramente de reprochas en haber luchado tanto por lo nuestro y confórmate por hacer tu parte y no buscar hasta el exceso.
O tal ves ni de me te acuerdes, ni me busques, ni me llores y solo tengas para mi la única frase que ahora puede unirnos “adiós, adiós amor”.