Recuerdo las correderas
en mis tiempos de muchacho:
caballito de madera
con cabecita de trapo.
Mi inspiración por él se esmera
por eso mis versos le traigo,
porque aunque era de madera
también era buen caballo.
En mis ansias de correr
mis piernas eran las suyas,
porque era el mismo tropel,
y era la misma ternura.
Caballito de madera
con celaje soñoliento,
cabalgarte hoy quisiera
entre las rimas del verso.
Caballito de madera,
potranco de tantos sueños,
me sumerges en quimeras
cuando te siento tan lejos.
Caballito de madera,
mi trotador soñoliento,
tu recuerdo apenas llega
y se aleja como el viento.
Mi caballito de palo
hecho de alguna escoba
te recuerdo con agrado
con mi cariño de sobra.
Mi caballito de palo
mi antiguo y fiel compañero,
con mi recuerdo te halago
aunque me encuentro más viejo.
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