Es efímero el tiempo que estoy observando tu belleza,
los minutos en segundos se transforman, y no existe nadie mas,
mirar coqueto, sonreír inocente, perfecta figura, en musa te convierte,
inicio de mis canciones, el principio de mi vida y el fin de mi existencia.
Mis palabras al vuelo se levantan alejadas por el viento,
cual ave emigra huyendo del letal y frío invierno,
así mis versos escapan a un posible y triste descontento,
al llegar sedientos de amor a ti encontrando soledad...
Mortal veneno...
Pues te miro a los ojos y renace la llama,
que inquieta mi ser y te cruza en mis sueños,
confundiendo por completo mi corazón y alma.
Hermosa mañana de fresca fragancia que irradias dulzura,
esencia de Diosa y belleza pura, estrella del cielo distante,
aún que te vea y parezca tocarte, es del sueño el instante.
Carlos R. Barrera