El día en el que yo parta y no vuelva,
El día en el que yo no amanezca,
Cuando mis inertes huesos perezcan,
Con mi ser ¿Qué suceder debiera?
Cuando coja la mano de Caronte,
Y crucemos la Estigia galopantes,
Y sea presentado ante el gran Hades,
En mi soledad ¿Quién me querrá entonces?
Desde ese instante estaré a mi suerte,
Vagando errante como una piedra inerte,
¿Qué recordará sobre mí la gente?
¿Se esfumará mi recuerdo por siempre?
Cuando zarpe, de mi nada habrá,
Sólo huesos y cenizas quedarán,
Los que quería vivos seguirán,
Y el viento mi recuerdo borrará.