Una batalla abierta entre lo gris y tu sombra
mueve las líneas fijas
de los mapas ya trazados:
eres tú, amor, que todo lo desbarata.
De pronto ruedan naranjas
sorpresa abajo
y desparraman su aliento las que están quietas:
soy yo que al anochecer diluyo tus fantasías.
Ilusiones redondas salen de los sombreros
y pasan como veleros blancos
cargados de amapolas:
somos los dos armando locuras nuevas.
Queda lo gris desparramando tardes
y tu sombra, sola, ilumina vidrieras.
Desde lejos miro cómo miras:
cuando revuelvas el alba pintará los espejismos
con la luz de tus ojos.
Y así, de nuevo.