Todo está bien: la lluvia arrulladora
El beso que despide mi mirada,
la tímida poesía desplegada,
la tardecita aquella, inspiradora
Todo está bien: tu mirada perpleja
ante el reclamo de mi amante boca,
el silencio tenue, la palabra poca,
aquellos lamentos por la herida añeja.
Bien que aparezca la insistente loca,
bien los cuadritos de tu blusa roja,
y las despedidas sin saber a quién.
Bien las mañanas de ojeadas tiernas,
la risa, los niños, las ansias eternas,
hasta mi corazón, todo está bien