De nuevo el recuerdo desato
para traer nuevas remembranzas
de aquellas muñecas de trapo
que adoraban las muchachas.
Eran obras de valor artesanal
que fabricaban las abuelas
y a la hora de ir a jugar
siempre se pensaba en ellas.
Sus ojos siempre explayados
no lo cerraban jamás,
y si no lo habías notado
sabrás que es la pura verdad.
Párpados nunca tuvieron
ni había brillo en su mirada,
pero igual se divirtieron
con las niñas de la cuadra.
Muñequitas para niñas
acostadas o sentadas,
pues al no tener rodillas
nunca las vimos paradas.
Si este verso te convida
y en tu mente hace retratos,
entonces tú viste niñas
con su muñeca de trapo.
A las artesanas muñequeras
que sobrevivieron al tiempo,
también las recuerdo a ellas
por sus bonitos inventos.
Muñequitas consentidas
Con que las niñas jugaron
aún se mantienen vivas
pues para adornos, quedaron.
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