Miguel Angel Ortigoza García

NO TE PREOCUPES, ANNA

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                         No te preocupes, Anita mía

Si me molesta o no lo que te dicen.

Si te faltan al respeto o si son maleducados.

De todo estamos en la viña del Señor.

 

No te preocupes, amor.

A mí no me hace mella.

No bajaré al ruedo de los puercos,

Ni alcanzarán mi vuelo, porque me acompañas tú.

 

Nuestro amor vuela muy alto.

No te inquietes, corazón.

Sólo recuerda que un día

En un poema te escribí:

 

“Qué me importa que te quieran con el hambre de mil bocas,

Si yo vivo sumergido con tu nombre y con tu voz.

Eres linda y te querrán. Eres buena y te amarán.

Qué me importa que otro te ame. Vives tu... dentro de mí.”