rouz64251

EN EL VERSO PERFECTO

Mientras te eriges en soledad

Habiendo llegado hasta la cima

Despojando los rastros de maldad

Tantas cicatrices llevas encima

 

Si ni el fuego logro quemarte

Y en el desierto no desfalleciste

Si ni los mares han logrado ahogarte

Pues tu esencia es la que persiste

 

Te has deshecho de los lastres

Que a tu alma iban dejando vacía

Apegado a tu tan amado arte

Derrotando a las sombras con poesía

 

No hay más que escalar del monte

No hay otra envestida hacia la victoria

Te encuentras ahora en el horizonte

Sintiendo a la paz como tu única gloria

 

Con tu espada, que ha quedado quebrada

Pero sin necesidad de un nuevo corte

Tu escudo en pedazos, reducido a migajas

Pero ya no necesitas defensa ni soporte

 

El lobo ha llegado a alcanzar la luna

El aullido de triunfo tan aclamado

El brillo en la noche, entre la bruma

Destello de conquista en tono plateado

 

El verso escrito en garabato perfecto

El que no está atado a ningún papel

El que se puede decir sin ningún dialecto

El que recita el mañana, el hoy y el ayer

 

La combustión de flamas que incinera al fénix

Para hacerlo nacer sin los defectos pasados

Volando hacia el sol, sin ser incinerado

Para brillar en el cielo, opacando a los hados

 

La última línea que ha cerrado la historia

Punto final y a renglón seguido la firma

Un suspiro que trae brisa compensatoria

Al haber tenido siempre la misma consigna

 

Sombra solitaria en el claro de noche

A las orillas del río de las ilusiones

Bebiendo del agua de las fantasías

Cumpliendo sus sueños sin objeciones

 

El mañana no traerá una nueva batalla

Clavado en la tierra el radiante estandarte

El grito de guerra que a los miedos acalla

El ultimo sonido antes de la paz perdurable

 

De carmines y platas los tornasoles

Dando la bienvenida a los campos elíseos  

Al individuo que soportó los fulgores

De los más despiadados hechizos

 

Han cambiado las armas por canciones

Baladas de seres etéreos y plomizos

Dando la bienvenida a los cazadores

Al que los lobos consideran su paraíso.

 

Andrés Ruiz H.