Ya van bajando las aguas,
ya van subiendo los mares,
se besan, para abrazarse
arrullándose con calma.
Cuenta una vieja leyenda
que el río se entrega al mar
para volver a empezar
en las nubes que lo engendran.
Y el viento empuja a mi río,
envuelto en sus nubes blancas,
lo empuja hacia las montañas
en busca de su camino.
En el banco, en la orilla,
donde escribo mis poemas,
yo revivo esta leyenda,
la leyenda de mi vida.
Camino… sólo camino
entre montañas y valles,
entre edificios y calles,
para encontrar mi destino.
Y mi destino es el mar,
que me abraza y que me besa
tan sólo con la promesa
“Hay que volver a empezar”
Volver a empezar mi camino
sin soledad y sin prisa…
sólo un beso… una sonrisa…
porque al fin estoy contigo.